A finales de los años 70 la ETA había impuesto su ley de hierro en las provincias vascas y Navarra, especialmente en las zonas rurales. Sus continuos y feroces atentados estremecían al país y abrumaban al Estado. Y las fuerzas de seguridad (junto a los militares, sus dianas preferidas) se veían impotentes para contrarrestar la embestida criminal.
En febrero de 1980, tras el atentado en Ispáster que acabó con la vida de seis guardias, comienza su actividad una nueva unidad de élite de la Guardia Civil: el Grupo Antiterrorista Rural (GAR) cuyos objetivos eran reconquistar el espacio público, dar seguridad a personas e instituciones, luchar contra la banda con nuevos métodos y llegar hasta el último rincón de las provincias vascas para sentar las bases de la información antiterrorista. En definitiva, acosar a la ETA y su entorno hasta su última madriguera. Treinta años después, invertidas las tornas, la ETA fue derrotada, aunque nunca lo reconociera. De la mano de Juan José Mateos, veterano de la unidad y víctima de la ETA, esta es la historia de su peor pesadilla y una de las causas principales de su desaparición: el GAR, a quien debemos gran parte de la victoria de la democracia contra la barbarie.
AUTOR
(Ciudad Rodrigo, 1972) fue miembro del GAR entre
1999 y 2005. Allí participó en decenas de operaciones
contra la ETA y su entorno (además de
combatir el crimen organizado). A los veinte días
de entrar en servicio, fue víctima de un brutal atentado
que le llevó a tener que ser intervenido en tres
ocasiones y que le dejó secuelas permanentes. Es
autor de Los verdugos voluntarios (dos tomos) y
se le puede considerar el historiador oficioso del
GAR gracias a sus innumerables encuentros con
decenas de compañeros de la unidad. Ha honrado
a los caídos del GAR recorriendo sus tumbas por
toda España y acompañando a sus familias. Utiliza
los beneficios de la publicación de sus libros para
ayudar a los antiguos compañeros en situación
más precaria.
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