¿Qué significa reinar sin gobernar?, ¿ser jefe de Estado pero no tener capacidad ejecutiva? Este libro explora el rol de Felipe VI en una España que exige neutralidad, responsabilidad y, sobre todo, ejemplaridad de sus instituciones.
Con una mirada incisiva y crítica, el autor analiza los desafíos que enfrenta la monarquía parlamentaria desde la aprobación de la Constitución de 1978 hasta nuestros días, en un contexto de polarización política y desencanto democrático. Felipe VI se convierte en el símbolo de un papel complejo y moderador, en el que el monarca está llamado a unir y no a dividir, a representar al pueblo desde una posición neutral, alejada de los vaivenes de la política.
A través de un recorrido por la historia reciente de España, este ensayo expone cómo la monarquía se adapta y se sostiene en un sistema democrático que demanda compromiso. Sin caer en hagiografías ni elogios superficiales, el autor examina el lugar de Felipe VI en una monarquía que busca mantenerse relevante y respetada en tiempos de cambio.
Más allá del análisis, esta obra plantea preguntas esenciales sobre el valor de la neutralidad y la continuidad en un país donde el debate sobre el poder y la memoria histórica siguen vivos. Una lectura esencial para entender los desafíos y el rol de la monarquía en la España
contemporánea.
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