"El fascinante periplo de Blasco Ibáñez a través del mundo oriental que le llevaría
hasta Constantinopla, la capital del imperio otomano. Un maravilloso libro, de
impagable valor literario e histórico."
En agosto de 1907, el valenciano Vicente Blasco Ibáñez —en vísperas por entonces de convertirse
en uno de los autores más afamados del orbe— comienza un viaje a través del centro de Europa
que le llevará hasta Constantinopla, la capital del Imperio Otomano y puerta de Oriente. En la
narración de dicho periplo, el celebrado autor de «Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis» o «Sangre y
Arena» aúna con insólita pericia la descripción de lo más genuino y pintoresco con la historia
pasada de cada lugar al que llega, vaticinando en sus lúcidas observaciones muchos de los cambios
que habrían de acontecer poco después, como corolario de la Primera Guerra Mundial. En la
primera parte de la obra, «Camino de Oriente», el célebre novelista nos guía desde la ciudad
balneario de Vichy hasta Budapest, pasando por Suiza, Alemania y Austria, brindando al lector
una certera y vívida descripción de la Europa de comienzos de siglo. La segunda parte nos traslada
ya a Constantinopla, que a Blasco, como a tantos otros antes y después de él, le dejará
completamente arrobado. En los capítulos dedicados a esta urbe el autor se zambulle por entero
en el universo oriental, con sus fulgores y sombras, con su perenne vitalidad y bullicio, sin olvidar
su intimismo más recóndito, siempre con la maestría del gran escritor que fue y será ya para
siempre.
AUTOR
Nació en 1867 en Valencia. Estudió Derecho, licenciándose en 1888. Participó en política, significándose por
su posición antimonárquica y republicana y manifestando sus ideas en Pueblo, periódico que fundó en 1893.
Detenido en 1896 y condenado a varios meses de prisión, entre 1898 y 1907 ocupó escaño en el Congreso
por el Partido Republicano. Cuando subió al poder Cánovas del Castillo, se exilió brevemente en la ciudad
de París. Aunque contrario a sus ideas, a la muerte de Canóvas, Blasco Ibáñez aplaudió su espíritu de concordia
entre pensamientos dispares. Su estilo novelesco es de tendencia naturalista, influenciado por el francés
Emile Zola. Entre sus obras, que le granjearon reconocimiento y fama a nivel internacional, destacan Arroz
y Tartana, La Barraca, Entre Naranjos, Cañas y Barro, La Horda, Sangre y Arena y Los Cuatro Jinetes Del Apocalipsis.
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