Pedro I de Castilla fue un personaje histórico fascinante. Único rey castellano de ese nombre, la singularidad
atraviesa buena parte de los años de su convulsa vida y es razón de una extensa historiografía petrista, además de
textos y obras literarias. Su infancia estuvo marcada por la desatención que recibió de su padre, el rey Alfonso
XI, que prácticamente abandonó a la reina María de Portugal para unirse a la concubina Leonor de Guzmán,
con la que tuvo una prole de bastardos. Entre ellos, Enrique de Trastámara, que quitó la vida a Pedro I, en el
fratricidio con que termina la guerra civil castellana.
Un destacado cortesano, que conoció y participó en los acontecimientos, Pedro López de Ayala, escribió,
además del Libro Rimado de Palacio, la crónica del rey don Pedro, con una relevante factura, tanto literaria
como histórica, y fuente principal para el conocimiento del reinado. Las páginas de este libro se ocupan de la
atractiva vida de Pedro I, con un primer acercamiento explicado por las revelaciones de los estudios de sus
restos mortales y las últimas voluntades de su testamento, hecho en 1352.
A la crónica de López de Ayala, y al propio cronista, que fue canciller de Castilla, se presta especial atención
elaborando un atrayente análisis del tiempo y del reinado de Pedro I, en la Castilla de mediados del siglo XIV
con los sucesivos y fallidos matrimonios del rey, además de su cohorte de amigas, así como su descendencia,
hecha legítima en algunos casos y bastarda en bastantes otros. Las sanguinarias muertes, atribuidas a la crueldad
del rey, explican la realización de un detallado memorial de las mismas. Y el regicidio, justificado como
tiranicidio, que llevaría a un cambio de dinastía y, algunos años después, a la institución del Principado de
Asturias.
AUTOR
Antonio Montero Alcaide, (Carmona, 1962). Inspector de Educación y profesor de la Facultad de Ciencias de la Educación. Cuenta con numerosas publicaciones referidas a ese desempeño. Su actividad literaria está principalmente vinculadas al relato corto y colabora, como articulista, en distintos medios de prensa. Desde que, en 1991, apareciera su primera colección de relatos, Trébol de cuatro hojas, ha obtenido reconocimientos en distintos premios literarios y sus cuentos han podido incluirse en suplementos y recopilaciones. En 1992, desarrolló su labor periodística en medios como El Correo de Andalucía y ABC. Desde 2009 y hasta la actualidad colabora en el Grupo Joly. Ha reunido parte de sus artículos en: Tinta visible, Ejercicio de soledad, Porque así es la vida. Historias mínimas de cada día. Cuenta con el XVIII Premio de Periodismo «Manuel Fombuena Escudero», el XIII Premio
Nacional «José y Jesús de las Cuevas»; y el V Premio «Jorge Manrique» de Periodismo. Es autor, asimismo, de reportajes culturales, guiones y textos de obras conmemorativas.
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