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MÁRTIRES DE INGLATERRA

MATA, SANTIAGO

Precio s/i :

22,12 €

P.V.P :

23,00 €

DISPONIBLE

Colección: SEKOTIA Temática: HISTORIA
ISBN: 978-84-19979-48-3 Nº de Páginas: 368
EAN: 9788419979483 Idioma: CASTELLANO
Sinopsis:
La ruptura de Enrique VIII de Inglaterra con el Papa transformó a un hombre razonable en un tirano, hasta incluso hacer matar a su ex canciller Tomás Moro, su hombre más fiel, que no se doblegó a sus exigencias, traicionado su fe y a la Iglesia católica. ¿Cómo pudo ser este cambio y qué consecuencias acarreó para sus súbditos y a gran parte del mundo? Para algunos, Enrique VIII seguía siendo un monarca casi católico, pero quería el poder máximo sobre sus súbditos y sus conciencias con el fin de no ser juzgado por ellos. Sin embargo, la supremacía del rey sobre la Iglesia ya tenía fuerza de ley desde el Estatuto de Praemunire de 1393, por lo que su actuación no fue una auténtica novedad impuesta en 1534 por Enrique VIII. La obra histórica de Santiago Mata se pregunta, entre otras cosas, si solo fue la necesidad de garantizar una sucesión masculina lo que llevó a Enrique VIII a cambiar de bando. La respuesta sigue siendo un misterio, pero según su autor, Enrique VIII llegó a la convicción de que la Iglesia debía ser destruida y para lograrlo, el poder político debía ser único y omnipotente. Así es como en 1536, el rey encargó a teólogos luteranos diseñar una religión que suprimiera cuatro sacramentos (confirmación, unción de enfermos, sacerdocio y matrimonio). Sin embargo, esta religión no llegó a imponerse debido a la rebelión popular conocida como la Peregrinación de Gracia. Santiago Mata demuestra en su ensayo cómo la Reforma inglesa no solo se alejó del catolicismo, sino que su objetivo principal era eliminar la Iglesia. La historia de los mártires de Inglaterra demuestra que una estructura pseudoeclesial dependiente del Estado termina por desaparecer, mientras que la Iglesia perseguida nunca muere. Los mártires no buscaron imponerse ni ser mejores que sus perseguidores. «Aquellos hombres y mujeres, no dudaron en sacrificar sus vidas en obediencia a la voz de la conciencia y la voluntad de Dios, siendo un brillante testimonio de la dignidad y la libertad humanas». Pablo VI, en la canonización de 40 de aquellos mártires, el 18 de mayo de 1970.