Estocolmo, la primera ciudad en obtener el Premio Capital Verde Europea, es una urbe abierta, cosmopolita y una de las más elegantes del norte de Europa. Estocolmo parece flotar entre los canales y el verde de sus parques y calles arboladas, en un escenario lleno de encanto que combina naturaleza y un precioso casco antiguo.
Fundada en el siglo XIII, Estocolmo se asienta sobre catorce islas rocosas del extremo oriental del lago Mälaren. La ciudad es conocida como la Venecia del Norte ya que parece flotar entre los canales y el verde de sus parques. Si algo la caracteriza, además de su gestión medioambiental, es su perfil cultural pues cuenta con más de ochenta museos, entre los que destaca el Museo Vasa, un barco rescatado del fondo del puerto, de visita obligada para quienes disfrutan de los temas relacionados con el mar.
Si hace buen tiempo, resulta muy agradable pasear por toda la zona marítima, recorrer las calles y plazas de Gamla Stan, su casco antiguo, y deleitarse con los majestuosos edificios de sus barrios céntricos: Norrmalm, Kungsholmen, Östermalm y Södermalm, así como con los escenarios naturales de Djugården y del precioso museo al aire libre de Skansen.
Sin embargo, no es fácil de visitar; las distancias, sin ser excesivas, dificultan un poco la elección del recorrido adecuado. Hay que planificar bien el día y consultar aún mejor los horarios. A medida que se aproxima el invierno, muchas de las salidas en barco hacia el palacio de Drottningholm y otros itinerarios sufren severas restricciones.
El archipiélago adyacente —Skärgarden— proporciona una excelente protección contra el mar abierto, aunque el viento del Báltico ruge con fuerza, sobre todo en invierno. Pero las más de 25.000 islas del archipiélago son el complemento ideal para acercarse a un modo de vida donde la Naturaleza es la gran protagonista.
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