Este ensayo basado en las dos oraciones iniciales del Mensaje Reencontrado es un intento de exégesis de los grandes temas teológicos y ontológicos abordados en la obra de Louis Cattiaux. El autor ha dispuesto dichas oraciones una frente a la otra, proposición por proposición, porque comparten la misma estructura y muestran equivalencias analógicas, respuestas y ecos. La obra de Cattiaux se sitúa en la confluencia de dos grandes corrientes tradicionales: el hermetismo y el cristianismo. Por ello, J. M. d Ansembourg recurre a dos buenos compañeros para esta glosa temeraria: en primer lugar, el propio Mensaje Reencontrado, que considera el último libro conocido del Corpus Hermeticum y en segundo lugar, el Nuevo Testamento, cuyas raíces judías tradicionales no olvida. En estas Escrituras, encuentra y pone de relieve la sorprendente correspondencia entre la sabiduría divina tan olvidada y ocultada en la valiosa enseñanza del cristianismo y la sabiduría universal manifestada en el Mensaje Reencontrado.
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