La guerra me había obligado a plantearme preguntas que habitualmente no interesan a los niños: ¿Por qué han hecho desaparecer a mis padres? ¿Por qué han querido matarme? Quizás he cometido un crimen, pero no sé cuál. [ ] Como niño enfrentado a tales condiciones, creí que la psiquiatría, ciencia del alma, podría explicar la locura del nazismo y la incoherencia de gente que me querían con sufrimiento. La necesidad de tornar coherente este caos afectivo, social e intelectual, me hizo psiquiatra, por completo, desde mi infancia.»
Las almas heridas es un libro sobre las huellas de la infancia, la necesidad del relato y los mecanismos de la memoria, elementos desarrollados a partir de la narración de las vivencias personales de Boris Cyrulnik hasta su adolescencia. Un recorrido donde se puede encontrar que las inquietudes intelectuales del autor ya se encaminan por las lindes de la psiquiatría. En esta obra, narra su experiencia en un asilo para enfermos mentales, donde realiza sus primeras prácticas, y en donde quedará en shock tras comprobar el aislamiento y las malas prácticas a las que son sometidos los pacientes: lobotomías, camisas de fuerza, lo que él denominó «psicoterapia del diablo».
Esta obra se trata de un testimonio personal sobre el nacimiento de una disciplina difícil y apasionante que denominamos psiquiatría.
«Esta apasionante obra se lee como una novela. Las almas heridas está escrita con una inteligencia teñida de humor y de ternura, que además evoca de manera sutil un pasado en exilio [ ]»
Éric de Bellefroid, La libre de Belgique
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