Los tiempos en los que existía el otro han pasado. El otro como amigo, el otro como infierno, el otro como misterio,
el otro como deseo van desapareciendo, dando paso a lo
igual. La proliferación de lo igual es lo que, haciéndose
pasar por crecimiento, constituye hoy esas alteraciones
patológicas del cuerpo social. Lo que enferma a la sociedad
no es la alienación, la sustracción, la prohibición ni la
represión, sino la hipercomunicación, el exceso de información, la sobreproducción y el hiperconsumo. La expulsión de lo distinto y el infierno de lo igual ponen en marcha un proceso destructivo totalmente dife rente: la depresión y la autodestrucción.
|