Tras combatir en condiciones extremas y padecer un ingente número de
bajas, los voluntarios de la División Azul cautivos iniciaron un calvario de
más de una década por numerosas prisiones y campos de trabajo de la
Unión Soviética de Stalin.
Durante ese tiempo, trasladados a pie o hacinados en trenes, sufrieron
todo tipo de penalidades: hambre y frío, humillaciones y abusos, enfermedades
y muerte. Al final, doscientos diecinueve divisionarios lograron regresar
a España, exhaustos pero felices de haber sobrevivido a tan durísima
experiencia.
El capitán Gerardo Oroquieta fue uno de los de mayor rango y ejerció entre
sus hombres una benéfica influencia tanto por sus galones como por su admirable
actitud ante las dificultades.
De Leningrado a Odesa no solo nos permite vislumbrar uno de los regímenes
más herméticos del siglo xx, sino descubrir el día a día de los españoles
que, junto con los supervivientes de los campos nazis, experimentaron las vivencias
más extremas de los últimos cien años.
Esta edición recupera los extraordinarios dibujos y la cartografía de la
versión original, publicada en 1958 y galardonada con el Premio Nacional
de Literatura.
AUTOR
(Zaragoza, 1917-San Sebastián, 1972) fue un militar
español que combatió en diversos frentes de la Guerra
Civil y la Segunda Guerra Mundial. En 1941 se alistó
voluntario en la División Azul con el grado de capitán
al mando de una de las compañías de la mítica unidad.
Participó en la batalla de Krasni Bor, siendo uno de
los trece supervivientes de los 196 hombres que comandaba.
Fue dado por muerto y padeció el cautiverio
que narra en esta obra. Volvió a España a bordo
del Semíramis en 1954 con el resto de los integrantes
de la División Azul que sobrevivieron.
El capitán de Caballería mutilado, César García,
ayudó a Oroquieta a ordenar sus recuerdos para la
publicación de este conmovedor testimonio. Manuel
Rodríguez Marín fue también preso divisionario
y realizó los magníficos dibujos que ilustran esta
narración y nos permiten recrear las vivencias
referidas.
|